Certeza climática

El Club de Roma, en su informe «Los límites del crecimiento», que publicó hace cincuenta años, con la colaboración de científicos del Massachussets Institute of Technology, aventuraba un colapso ambiental generalizado a finales del siglo XXI si no se modificaban las pautas de producción y consumo del modelo económico vigente. A finales de 2020 ya se habían cumplido buena parte de esos pronósticos.

La transición ecológica iniciada posteriormente va muy despacio. La reducción en el consumo de recursos naturales y la lucha contra la contaminación de cualquier tipo, por muy claros que tengan sus objetivos, encuentran numerosos obstáculos para hacerse efectivos de forma amplia. Tratándose de un problema global, en el que el esfuerzo de regiones y estados resulta limitado, la cooperación federal es más importante que nunca.

Pero no sólo se trata de parar el proceso, sino de actuar para reparar el daño ya causado al equilibrio de ecosistemas, que están afectando a diversas especies y también a la humana. Y el proceso no actúa de forma equitativa (a más producción contaminante, más efectos devastadores), sino que vuelve a generar una nueva desigualdad entre países, de forma que los principales países productores y consumidores desplazan los riesgos contaminantes a otros paises menos desarrollados. De ahí que hablemos ahora de «transición justa» que incorpora medidas para evitar las consecuencias sociales del proceso de una transformación económica más ecológica.

Desde otro eje de análisis, el de la ciencia y sus propuestas para una transformación más justa, hemos avanzado mucho en el conocimiento sobre las dinámicas ecosistémicas ante fenómenos contaminantes y tambíen sobre la relación de éstos con el equilibrio entre especies. La emergencia de la Salud Pública como paradigma universal que se fundamenta en la biología, la química y las ciencias de la salud, ha alcanzado su mayor auge al explotar la pandèmia por el Covid-19, aunque ya llevaba mucho tiempo ofreciendo datos, aportando evidencias y alertando a los poderes públicos ante los efectos del calentamiento global sobre las especies animales y la vinculación de éstos con la salud humana.

Por lo visto, hay que recibir un bofetón bien sonoro para que la comunidad política despierte ante aquellos temas que son de orden primario, com es el caso de la vida en la Tierra y la vida humana en especial. Situados así, en 2022, en la certeza de que la salud pública es un tema esencial, hemos obtenido un impulso sustancial desde la Unión Europea para ordenar el sector, favorecer la cooperación entre investigadores y poner la ciencia al servicio de la sociedad.

Estamos más atentos ahora a la más reciente iniciativa «One health» que viene a definir la interdependencia entre todos los organismos vivos de la Tierra… como si hiciera falta que lo recordasen! Por qué se nos olvida, en la diatriba política, cuáles son los fines esenciales del liderazgo político? Por qué es tan complicado entender que la ciencia no es enemiga de la política, que el conocimiento sólo puede llevarnos al progreso, que la política sin evidencias es sólo opinión y ésta suele ser intencionada?

Por qué, finalmente, es tan difícil que se adopten actitudes cooperativas y no competitivas en aspectos globales que afectan al bienestar humano? Federar esfuerzos es una línea inapelable a seguir. Tiene sentido competir en la investigación sobre fármacos para que la compañía promotora sea la primera en comercializarlos… pongamos que sí, aunque habría que discutir mucho si, éticamente, es correcto este enfoque. Pero para prevenir enfermedades? Para evitar que se transformen las condiciones de los hábitats humanos hasta el punto de ser inviables para la vida? Quien puede obtener un beneficio en eso?

Apostar por la ciencia básica, aplicada y la transferencia del conocimiento a las políticas públicas es la única via. No hay más. Y ahora hay que decidir si siguimos permitiendo que nuestros investigadores e investigadoras, que formamos en nuestras universidades con excelencia, sigan acudiendo a países como China o India para desarrollar sus carreras, con la consiguiente amenaza que eso pueda conllevar. Países sin excesiva regulación y un elevado afan competitivo para hacerse con el poder mundial.

Ustedes verán.

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